Yamaha MT 125

El lado oscuro de Japón también está disponible en versión de pequeño desplazamiento. La MT 125 no revoluciona radicalmente a la competencia, ¡sigue siendo una 125! Toma prestada su silueta de sus hermanas 07 y 09 y a menudo se confunde con una moto más grande. La pequeña MT está en lo más alto de la gama en cuanto a potencial y calidad de construcción, como te contará a continuación nuestro asesor, acostumbrado a pilotar 125s. ¿Buscas una moto de ocasión? Encuentra tu moto segunda mano en concesionario Crestanevada.

En 125cc, la última streetfighter con tres diapasones antes de la MT fue la… ¡TDR que apareció hace más de veinte años! Las normas de todo tipo han condenado a los cilindros con agujeros, la MT explota al máximo su quincena de caballos y su par de 1,25mkg para mover sus 125kg. Decir que hemos perdido en prestaciones respecto a los 2 tiempos es quedarse corto. No obstante, el pequeño MT es el mejor de su clase gracias a su laborioso molino del que no hay nada de qué avergonzarse.

La MT se aprecia mejor visualmente, y no hay duda de que no hay mejor manera de tomar el pelo a tus amigos que delante del colegio… Sus medidas son casi intimidantes para un 125. Su agresiva silueta también sugiere una mayor cilindrada. El acabado, el sistema de escape inspirado en el GP, la zaga e incluso las tomas de aire dobles son referencias al mundo MT y a su personalidad extra. A los mandos, descubrimos un cuadro de instrumentos original, bien contrastado para seguir siendo legible, con un preciso ordenador de viaje. La MT no decepciona, con su diseño similar al de la R125 (horquilla invertida, pinza radial). La calidad percibida está ahí y el acabado es nada menos que notable. Aunque los elementos de la carrocería de la R han desaparecido, la mecánica se muestra noblemente; los scoops y el sabot añaden un toque de acabado. Las llantas son magníficas, al igual que el basculante y el paso de rueda. En cuanto a la horquilla invertida de 41 mm de diámetro, recordemos que fue la que se utilizó en la primera… ¡R1 en 1997!

Tenga en cuenta que el elegante y agresivo silenciador no incluye los catalizadores, que se encuentran en el colector. Así podrá elegir un silenciador adaptable sin convertirse en un contaminador. Bien, porque la música metálica que sale del original elemento no es muy atractiva… Por otro lado, su ubicación favorece el centrado de las masas y, por tanto, el manejo de la moto que, liberada de los brazaletes de la R, se convierte en una auténtica moto.

Las generosas dimensiones de la MT 125 tienen una ventaja en términos de ergonomía: todas las tallas encontrarán un lugar decente para sentarse. El asiento del piloto es firme, pero no demasiado, y el manillar se adapta cómodamente a la mano. El pasajero apreciará la nueva tapicería antideslizante. No tienes la sensación de estar sentado en el bastidor trasero sin asiento, como ocurría en las primeras R125… Además, la quincena de ponis que conducen la pequeña MT son lo suficientemente valientes como para soportar una carga doble (105 km/h en una ligera subida con dos personas, no está mal, ¿no?).

El motor monocilíndrico refrigerado por agua y con inyección de combustible está equipado con cuatro válvulas para optimizar la eficiencia de la admisión y el escape. Con una inyección de combustible revisada, ha mejorado el bloque de la primera R125. Aunque este último no decepcionó, le faltó carácter para seducir realmente debido a su total linealidad. Pues bien, ya está hecho: como para compararse mejor con los 2 tiempos de antaño, el molino actual empuja bien a partir de las 6000rpm y todavía te agracia con un último «salto» sensible a partir de las 8000rpm. Este bloque moderno es relativamente flexible y sólo se agota a partir de las 9500rpm, lo que no está mal para un monocilíndrico, y también consigue alegrarte a más revoluciones. ¡Bien hecho, Yamaha! Por supuesto, nuestra MT de prueba aún tenía que estrenarse, pero ya mostraba su carácter. Dicho esto, sigue siendo en el surtidor donde este motor revisado nos ha impresionado más, ya que nuestro consumo medio (a menudo con dos personas y una maneta en curva) fue de 2,8 l/100 km, 0,5 l menos que la antigua R125 o una plácida Honda CBF 125. En este sentido, los dos tiempos obviamente no podían decir lo mismo, así que el modernismo también tiene sus cosas buenas.

No hay restricciones en cuanto al chasis, ya que Yamaha ha hecho un gran trabajo en esta área. De hecho, en términos de comportamiento dinámico, la 125 tiene poco que envidiar a las motos más grandes. Las suspensiones -un poco duras- trabajan en simbiosis y no afectan en absoluto al comportamiento, incluso en superficies rugosas. Mantienen cómodo al piloto y no hacen sentir demasiado mal al pasajero, recordando que se trata de una streetfighter, por supuesto. Gracias al bastidor Deltabox, el chasis es una maravilla en términos de rigidez y estabilidad. Con una potencia limitada, el basculante garantiza una tracción perfecta. Todo esto, unido a la increíble manejabilidad de la MT R125, te hace desear que tuviera más caballos. Dicho esto, con el consumo de combustible de este 125, puedes permitirte atacar a menudo. El disco delantero de 292 mm sujeto por la pinza ahora radial de doble pistón es progresivo, (muy) potente y duradero. Si le añades un disco trasero (230mm) que no da pereza, consigues un cuadro de frenada cercano a la perfección. Las transmisiones también son satisfactorias, con una mención especial para el embrague, que es preciso y sorprendentemente suave.