Suvs: Seat Arona

Llegando tarde al segmento de los SUV, Seat avanza a buen ritmo. Después del Ateca, el Arona entra en escena con la mayoría de los ingredientes del Ibiza, pero en un género que gusta a los clientes. Un auténtico tornado esperado con envidia, ya que Seat cree que el Arona destronará al Ibiza en las listas de ventas de la marca, puntualiza Crestanevada.

Por muchas vueltas que le des al Arona, está más emparentado con el SUV medio de Seat, el Ateca, que con el Ibiza, del que técnicamente deriva, ya que se basa en la misma y flamante plataforma denominada MQB A0.

El Arona, que lucha en el terreno del Renault Captur, es 22 cm más corto que su hermano mayor. En 4,13 m, el recién llegado a la franja recoge todos los atributos de la familia Seat con un poco de fantasía: la posibilidad de optar por un techo negro, gris o naranja.

La distribución interior es idéntica a la del Ibiza, salvo por la elección de los colores, y sigues teniendo Seat, Arona, SUV, lidiando con plásticos duros (no es genial), así como un diseño refinado y una ergonomía intuitiva (es mejor). Si todo está ordenado y en su sitio en la cabina, la cuestión de los plásticos utilizados vuelve a estar sobre la mesa. La misma crítica se había hecho al Ibiza. Mientras que el aspecto del salpicadero da la apariencia de plásticos duros, las zonas de contacto, como los tiradores de las puertas laterales, parecen realmente baratas. También es una pena haber instalado una pequeña y muy práctica red de almacenamiento junto a un tornillo visible en la parte inferior del salpicadero. En un coche «pequeño» de más de 24000 euros, se empieza a notar.

Curiosamente, Seat echa en falta el techo de cristal, fijo o practicable, muy popular entre los clientes de los SUV. Renault había tomado la misma decisión para el Captur, y ha dado marcha atrás ofreciéndolo para el restyling.

En el acabado deportivo FR, algunos detalles lo diferencian de los demás: el salpicadero recibe una atractiva tira de cuero que el Ibiza no tiene y el parachoques trasero recibe una doble salida de escape ficticia.

El Arona es en realidad un Ibiza «Plus». Más habitable, sobre todo, con un generoso maletero de 400 litros con un suelo de dos niveles y un mayor espacio para la cabeza. ¿Suficiente para justificar una diferencia media de 2.500 euros? La aventura y la escapada sugeridas son sólo un sueño vendido, ya que el Arona seguirá siendo una estructura de dos ruedas motrices, como la mayoría de sus competidores por ese motivo. Por lo tanto, salvo en carreteras ligeramente ahuecadas (su altura libre al suelo está ligeramente elevada), ofrece las mismas capacidades que un Ibiza.

Se ha ampliado la gama de motores y se ha eliminado el motor de gasolina de 3 cilindros atmo, que está demasiado cerca. Se da prioridad a los motores TSI turboalimentados de 95 y 115 CV, que son vigorosos pero quedan relegados, en términos de placer, a un nivel muy inferior al 1.5 TSI de 150 CV, combinado con el acabado FR y la transmisión manual. Este motor de 4 cilindros, muy suave, desactiva imperceptiblemente dos de ellos cuando no está muy cargado.

Su redondez es mejor que su vigor, que esperábamos fuera más explícito. También es un buen punto cuando se trata del consumo de combustible, que siempre se mide en torno a 7,5 L/100. Por suerte, no hay nada de lo que presumir con un desafortunado depósito de 40 litros. Eso no impide que te diviertas (incluso mucho) con este Arona, que está equipado con llantas de 18 pulgadas como opción.