Dos años después del lanzamiento de MXGP, los italianos del estudio Milestone nos ofrecen una nueva versión que, sin revolucionar la franquicia, aporta su cuota de novedades. ¿Buscas una moto de ocasión? Encuentra tu moto segunda mano en concesionario Crestanevada.
Entre ellas, destacan las múltiples posibilidades de personalización de la moto y del piloto. Para esto último, una veintena de marcas ofrecen cerca de 500 accesorios y, en lo que respecta a la moto, se puede modificar todo, desde la carrocería hasta los periféricos técnicos (previo pago, claro: ¡hay que rendir para ganar pasta!). Una nota relevante: los cambios realizados en la moto suelen repercutir en su manejo, lo que se agradece en términos de realismo. Los modos Free Riding y Time Session permiten al piloto validar los cambios o ir más allá. En la misma línea positiva, cabe mencionar el entorno del circuito, más poblado y con más «relleno», con elementos de escenografía convertidos a 3D (árboles y espectadores, entre otros).
Como en MotoGP, aquí empiezas creando tu equipo y luego eliges un modo de juego que va desde la carrera inmediata a la carrera profesional, en la que tendrás que gestionar tus presupuestos y negociar (gracias a tu agente) con los equipos. Señalemos que el multijugador está presente, pero solo online, lo que nos parece una carencia que ya se subrayó en MXGP en 2014. En este punto, Milestone, habitualmente muy atento con los usuarios, ha optado por hacer oídos sordos… Por otro lado, los italianos han escuchado los deseos de los jugadores de cross que querían poder jugar al Motocross de las Naciones, que ahora está en el menú, así como un modo Estadio bastante divertido y una sección Real Events 2015, inspirada en MotoGP, donde se pueden revivir las carreras de la temporada pasada.
Con el fin de garantizar un gran éxito comercial, la jugabilidad se centra en última instancia más en la diversión que en el realismo, pero hay que señalar que los diversos grados de dificultad presentes permiten a quienes lo deseen dificultar singularmente la tarea del piloto, acercándose así a la realidad. Por ejemplo, en el modo Pro, tendrás que gestionar la posición del piloto para evitar perder mucho tiempo en los bucles o al aterrizar un salto. Utilizando la misma lógica, apreciamos que el terreno se deteriora con el paso de las vueltas e incluso cambia su configuración debido a las roderas excavadas por los ciclistas; sin embargo, esto no pasa de la fase estética, ya que el paisaje cambia, pero sin modificar la conducción. Por otro lado, el hecho de cambiar de categoría te obliga a adaptarte porque las diferencias de rendimiento entre una máquina MX1 y una MX2 son notables. La IA, por su parte, sigue siendo la misma: los demás pilotos son matones hiperagresivos que nunca se desviarán de su trayectoria aunque tengan que golpearte. Por eso las carreras pueden ser muy frustrantes cuando te saca un piloto sin escrúpulos.
Afortunadamente, el juego lo compensa ofreciendo la posibilidad de retroceder unos segundos, para que no tengas que volver a empezar toda la carrera. Sí, está muy bien cuando los hechos de la carrera están en nuestra contra, pero no es muy realista… Igual que el terreno, que es el mismo si es de tierra o de arena. ¿Y el barro? Bueno, como las pistas siempre están secas, ya que MXGP 2 ha decidido ahorrar en la gestión meteorológica, no sabemos qué pasa en los terrenos grasientos. Algunas de las carreras indoor tienen un terreno más pesado, pero no cambia la experiencia de pilotaje.