Kawasaki Vulcan S: ¿La erupción del placer?

La serie Vulcan existe desde hace muchos años al otro lado del Atlántico, pero en nuestro país era más conocida como la serie VN, con las famosas VN 900, VN 1700 y otras. Con la Vulcan S, los verdes han querido darnos su versión de la custom americana de entrada de gama, toda europeizada sin renegar de su pasado, aunque…

La visita del propietario

Cuando hablamos de custom, rápidamente nos imaginamos lo pesado, difícil de maniobrar, los brazos estirados sobre el manillar, un asiento extraño y ¡mucho más! Sin embargo, lejos de todos estos tópicos, el planteamiento del vulcano es sorprendente.

En cuanto a la estética, por supuesto que estamos lejos de una hiperdeportiva o una roadster, pero no desprende ese efecto de pesadez que se suele encontrar en este tipo de motos. Por el contrario, su pequeño faro redondo, sus formas más bien puras, su estrecho depósito casi le darían un lado agresivo si se mira de cerca.

Kawasaki comprendió cuando lanzó la Vulcan en el viejo continente que para conquistar a los bárbaros que somos, no sólo se necesita una cara, sino también un alma. Así que no fueron muy lejos para encontrarla y convencernos… Si hay una Kawa que no tiene que avergonzarse de su historia en nuestra tierra, esa es la ER6N.

Así que es el mítico motor ER6N, ligeramente modificado, el que propulsa esta pequeña moto verde. Bueno, un poco modificado… ¡no seamos reduccionistas! Ha sido muy bien revisado para adaptarse a este tipo de moto.

Este pequeño bicilíndrico de 650 cc se ha rediseñado para que sea mucho más suave a bajas revoluciones sin perder ni un ápice de su potencia y capacidad de respuesta al volver a acelerar.

Qué puede ser más desagradable que tener una moto que golpea en cada aceleración o cambio de marcha, roza al ralentí, … Afortunadamente estamos lejos de ello y en este punto el motor nos dio más de una vez el plátano durante nuestros paseos.

A pesar de su limitada potencia de 61 CV a 63 Nm, es muy lineal pero al mismo tiempo muy sensible cuando se abre y se empuja un poco en las revoluciones.

Es difícil fallar en las fases de aceleración y es realmente sensible entre 4.000 y 7.000 rpm. Más allá de ese punto, abandona su rango de uso «óptimo» y alcanza rápidamente sus límites. Pero al final, ¿tiene sentido tirar más con este tipo de moto? No estoy seguro.

El binomio caja de cambios/motor funciona de maravilla, con cambios suaves y fáciles de una marcha a otra. La colocación de los pedales es buena una vez que la has ajustado a tu tipo de cuerpo.

Sin embargo, hay dos defectos que destacan cada vez que un probador se sube a la bestia: un punto muerto un poco recalcitrante a veces, pero te acostumbras después de un tiempo, y un velocímetro digital, suministrado como opción, que tarda un poco en mostrar la marcha engranada si la marcha no está totalmente retraída.

De nuevo, nada realmente malo, pero hay que reconocer que es bastante frustrante cuando cambias de marcha por primera vez o en los semáforos cuando te peleas por saber si estás en punto muerto o en primera… así que el interés del indicador es bastante relativo.

En cuanto al frenado, la Vulcan está de nuevo muy bien equilibrada. Equipado con ABS opcional (400 euros más que la versión básica), los frenos son muy potentes delante a pesar de que sólo está equipado con un único disco de doble pistón.

El trasero está menos presente en las frenadas fuertes. Por otro lado, es muy fácil de controlar en el uso diario. La presión sobre el pedal del freno es muy natural una vez adoptada la posición de conducción correcta. En cuanto al amortiguador, no hicimos las cosas a medias. (Esperemos que nuestros amigos de Kawa no lean estas pocas líneas a riesgo de montar neumáticos de cross en nuestras próximas motos custom)

Porque sí, cuando pruebas una moto, ¡o lo haces a fondo o no lo haces! ¿Y quién dijo que una moto custom tenía que quedarse primero en la carretera…?

Todos salimos un día por un caminito que lleva a otro caminito que al final empieza a volverse… cómo decirlo… degradado… Pero ya hemos avanzado tanto que sería una pena no ir a ver qué hay al final.  ¿Y por dónde volver?

Como resultado, nuestro Vulcan se encontró entre charcos, agujeros y fosos, siguiendo a caballos y quads por los campos o casi… ¿Y todo esto por ? ¡Un puro momento de placer para nuestra gran sorpresa!

Sentado cómodamente en nuestro sillín XXL, pasó por encima de los baches y agujeros sin problemas y sin dejar las más mínimas secuelas en nuestra columna vertebral, ¡aunque fue puesto a prueba en algunas aduanas en condiciones mucho menos épicas! ¿Buscas una moto de ocasión? Encuentra tu moto segunda mano en concesionario Crestanevada.