Mucho antes del primer Serie 3, el BMW 2002 era el símbolo del placer de conducir y, por tanto, uno de los impulsores más importantes de la imagen deportiva de BMW. A ello contribuyeron no sólo los deportivos de carretera, como el 2002 turbo de 170 CV, sino también numerosas participaciones en deportes de motor. Característicos de las carreras de turismos de los años 60 y 70 fueron los kits de carrocería ancha, que cambiaron por completo el diseño de los coches de serie, que desde la perspectiva actual se comportaba muy bien. El último vídeo de Sourkrauts trata de un espectacular BMW 2002 con carrocería del Grupo 2 y motor M3.
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En el último vídeo para todos los amigos de las conversiones retro, la atención se centra una vez más en un vehículo de Georg Schuster, de Múnich. Hace poco informamos sobre su exclusiva réplica BMW 3.0 CSL E9 Grupo 5. Pero ahora se trata de un BMW 2002 de 1974, que Georg y su padre compraron en 2002 y desde entonces han restaurado con gran atención al detalle. Pero ahora se trata de un BMW 2002 de 1974, que Georg y su padre compraron en 2002 y desde entonces han restaurado con gran atención al detalle. Para conseguir una buena mezcla de aspecto clásico y características de conducción convincentes, se instalaron, entre otras cosas, una suspensión Bilstein coilover y el eje trasero de la serie 3 E21, lo que también permitió utilizar frenos de disco en el eje trasero. Esto ya lo demuestra: este coche no sólo está pensado para tener buen aspecto, sino también para moverse.
En un BMW de aspecto tan deportivo, el movimiento requiere naturalmente también un sistema de propulsión acorde con su estatus, por lo que era necesario un cambio radical respecto a los niveles de potencia habituales de los años 70. Así pues, el motor M10 de cuatro cilindros, que era de serie en todos los BMW 02, fue sustituido por el motor S14 del BMW M3 E30, que no entró en producción en serie hasta años más tarde y al que se le echó una mano con la clásica puesta a punto atmosférica. En la actualidad, se dice que el motor envía 306 CV a las ruedas traseras, un valor con el que incluso el entonces flamante Porsche 911 Turbo sólo podía soñar en el año de nacimiento del coche.
El nuevo motor también obligó a utilizar la transmisión M3, lo que requirió muchos otros ajustes en la carrocería. Georg Schuster explica en el vídeo que el diseño de alta calidad del interior, con mucho cuero y Alcántara, también planteó algún que otro reto: