La implantación de un sistema ERP es algo más que un proyecto informático: es una estrategia que abarca toda la empresa para obtener múltiples beneficios para las partes interesadas. Sus impulsores y objetivos empresariales están firmemente arraigados en la empresa, y tiene un impacto significativo en su personal, procesos y cultura, por lo que es crucial tener el enfoque y la actitud adecuados al embarcarse en este viaje.
Antes de elegir un software ERP, su objetivo final -o su definición de éxito- debe estar claramente definido y comprendido. Tiene que saber qué beneficios concretos y cuantificables debe aportar el sistema y ser capaz de gestionar las expectativas de las partes interesadas y evaluar si éstas (empleados, directivos y clientes) están satisfechas con los resultados obtenidos.
Es fundamental comprender que su solución ERP requiere atención, supervisión y soporte continuos durante todo su ciclo de vida. Sin el nivel adecuado de atención y mantenimiento, su sistema no funcionará eficazmente. Al seleccionar un proveedor de ERP, trate de encontrar un proveedor que ofrezca tanto la tecnología como la entrega como un servicio. En otras palabras, un proveedor debe formar parte de todo el ciclo de servicio al cliente y actuar como un asesor de confianza.
Lo esencial, bien
La fabricación inteligente puede facilitarse mediante la digitalización, y se trata de añadir un nivel de inteligencia y conectividad tanto al proceso de fabricación como al negocio de la fabricación. Si se tienen en cuenta los aspectos básicos de la implementación de ERP: asegurarse de que el proyecto está dirigido por el director general, de que se tienen objetivos claros y una meta final en mente; asegurarse de que se cuenta con una gestión eficaz del cambio; y tener en cuenta los tres pilares de la transformación digital, es más probable que tenga éxito en su viaje de transición digital.
Es esencial actuar con la diligencia debida y considerar detenidamente las razones por las que desea transformar digitalmente su empresa. Es importante tener una visión clara de su estado actual de preparación, sus procesos operativos actuales y las posibles implicaciones económicas de la transición; de lo contrario, la transición podría costarle más que los beneficios que ofrece. Si se asegura de tener una base sólida, puede ayudar a su empresa a ser más ágil, eficiente, innovadora y estar preparada para aprovechar las oportunidades que presenta la digitalización.
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